Naturaleza, ruralidad y civilización

  • Edita: Editorial Brulot
  • Autor: Félix Rodrigo Mora
  • Formato: 160x210
  • Cubierta: Color plastificado.
  • Nº de páginas: 252
  • Precio: 9 €

    Lo que unifica a los 7 trabajos incluidos en el presente volumen es lo que tiene en común, como contenido, el análisis del mundo rural. Éste es considerado en su historicidad, en su temporalidad, de manera que se examina su pasado, poniendo una atención especial en comprender cómo y por qué fue destruida la sociedad rural tradicional, cuya fecha de defunción, si ha de fijarse alguna, fue el año 1986, el de entrada de España en la Unión Europea, si bien la forma estatal que la liquida definitivamente es el régimen franquista. Del pasado se investiga la mecanización, motorización y quimiquización del agro, pero, sobre todo, la resistencia popular a todo ello. Del universo de la ruralidad, pretérito pero también presente, se estudian tres manifestaciones cardinales, el concejo abierto como régimen de autogobierno parcial vecinal, la cuestión de los comunales y la fiesta popular, con la advertencia que en tales análisis el pasado, el presente y el futuro van íntimamente unidos, por lo que el texto no se queda en la mera descripción crítica, como suele ser habitual, sino que se eleva hasta la formulación de propuestas de naturaleza estratégica, las cuales, una vez convertidas en haz, delinean un proyecto revolucionario para el mundo rural y para el resto de la sociedad actual. Como complemento al examen histórico se entre en la cuestión del carlismo y el campesinado, asunto difícil y delicado donde los haya, para cuya aprehensión es necesario, en lo epistemológico, aferrarse con decisión a la crucial noción de complejidad. Pero lo fundamental del libro es el estudio del presente, de la situación del medio natural y de la agricultura en el siglo XXI, a lo que se dedica el apartado más extenso.

    En él se realiza una investigación sobre la agricultura ecológica como pretendida alternativa a la agronomía productivista, y se avanza hacia la mejor comprensión de los problemas medioambientales, sobre todo en lo referido al bosque autóctono, al régimen de lluvias y a la fertilidad de las tierras. De todo ello surge la categoría de agricultura popular, como propuesta para el futuro. También se trata sobre la decisiva cuestión de la ciudad, como negación del campo y como centro físico de concentración del poder del Estado, entrando en polémica con el urbanismo convencional, progresista y “verde”, siempre adaptativo al “statu quo” y colaboracionista. Como válida alternativa a la sociedad de las megalópolis se considera la noción de desurbanización y se presta atención al movimiento, incipiente pero de gran significación para el mañana, de abandono consciente de las ciudades para ir a asentarse en las áreas rurales, que puede llegar a ser uno de los vectores más importantes de futuras revoluciones positivas.

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